LEVÍTICO 13. 1-2, 44-46
LevíticoEl Señor habló a Moisés y a Aarón, diciendo: Cuando uno tenga en la piel de su carne tumor, erupción o mancha blancuzca brillante, y se forme en la piel de su carne como una llaga de lepra, será llevado al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos, los sacerdotes.
El sacerdote examinará la llaga en la piel de la carne; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y la llaga parece más hundida que la piel de su carne, es llaga de lepra; cuando el sacerdote lo haya comprobado, le declarará impuro.
El afectado por la lepra llevará los vestidos rasgados y desgreñados la cabeza, se cubrirá hasta el bigote e irá gritando: «¡Impuro, impuro!»
Todo el tiempo que dure la llaga, quedará impuro. Es impuro y habitará solo; fuera del campamento tendrá su morada.
Para releer el comentario de José E. Galarreta, pinche aquí