Hermanos y hermanas, el Reino que trae Jesús nos invita al cambio, al modo de entender y construir nuestro mundo, a nuestra escala de valores. Sólo la paz puede conducirnos hacía la hermandad universal. Oremos.

Queremos ser referentes de paz y esperanza

• Que nuestra Iglesia sea la comunidad de los mensajeros y mensajeras que anuncian y traen la paz; que seamos palabra de esperanza, sentido y bien.

Queremos ser referentes de paz y esperanza

• Que la entrada de Jesús montado en un pollino nos interpele y nos ponga en tesitura de optar por el poder o el servicio, por acercarnos a los ricos o a los pobres.

Queremos ser referentes de paz y esperanza

• Que todos y todas nosotras seamos conscientes de la falta de gestos proféticos en nuestra Iglesia y en nuestro mundo: gestos eclesiales, comunitarios, personales que apunten al Reino, a la Paz, a la fraternidad.

Queremos ser referentes de paz y esperanza

• Que los creyentes nos sintamos partes de una muchedumbre que experimenta la liberación, que es cauce de liberación, haciendo de este mundo un lugar más justo, solidario y pacífico.

Queremos ser referentes de paz y esperanza

• Que los responsables de nuestras instituciones y gobiernos pongan su empeño y esfuerzo en cambiar las estructuras que no liberan, que nos vinculan y que no generan paz.

Queremos ser referentes de paz y esperanza

Padre Madre buena, que escuchemos en este inicio, de la Semana Santa cómo la Palabra nos invita a preguntarnos qué podemos hacer para vivir con otra actitud, con otro talante para ser semillas de un mundo nuevo más amable, justo y en paz.

Vicky Irigaray