HAS GUARDADO EL VINO BUENO HASTA AHORA
Fidel AizpurúaPor muchas veces que leamos el evangelio, siempre podremos sacar algo en limpio si profundizamos un poco. El evangelio es para sencillos que profundizan.
En este primero de los siete signos del Evangelio de san Juan que denominamos popularmente “las bodas de Caná” se dice que el mayordomo dijo al novio, entre sorprendido y quejoso: HAS GUARDADO EL VIENO BUENO HASTA AHORA.
En tiempos de Jesús, tiempo de leyendas, existía la creencia de que el vino creado al principio del mundo en el paraíso se guardaría como un vino de reserva hasta los días del Mesías. Como se hacía antes en algunos pueblos: se guardaban unas botellas de un vino de una cosecha excelente para abrirlas en la boda del hijo o en el bautizo del nieto. Era un gran reserva por los años y por el cariño con que se guardaba. La venida del Mesías era una gran fiesta y para ella se sacaría el vino guardado, un reserva.
Eso es lo que parece querer decir el texto de este domingo: estamos en la época de Jesús. Ha de ser tiempo de gozo y de alegría, ocasión para sacar el vino de reserva. Quienes creemos en Jesús habríamos de tener una visión de la vida y una fe bien humorada, festiva, alegre. La certeza de que el Compasivo ha venido a su casa nos habría de alegrar por dentro y por fuera.
¿Cómo vivir una fe bien humorada?
· No seas tóxico, no amargues ni te amargues: porque hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua, dice el Papa. No contagies desaliento, ni bulos, ni tristeza. Procura ser moderadamente jovial, positivo.
· Disfruta las pequeñas alegrías: haz una lista diaria de lo que puedes disfrutar cada mañana: puedes ver, andar, leer, orar, amar, pasear, contemplar la naturaleza, respirar, cantar, etc. Son inacabables las posibilidades de disfrute.
· Ten una visión positiva del momento actual: porque todo parece que induce al pesimismo y los cambios que se están dando en el mundo no van en la dirección de la alegría. Pero aprende a ver, entre tanta mala noticia, la evidencia de que el bien surge imparable en muchos escenarios.
Decía san Francisco a sus hermanos: “No va bien al creyente presentarse triste ante los hombres, sino siempre amable, Tus pecados examínalos en tu cuarto y llóralos ante Dios. Pero cuando vuelvas a estar con tus hermanos, alégrate con ellos”. Ya decimos que se atrapan más moscas con una gota de miel que con un barril de vinagre. Pongamos amabilidad en nuestra vida y la mejor cara posible ante las situaciones, eso ayudará a una buena convivencia y será más fácil hablar de Jesús.
Aquel gran maestro espiritual que fue Tony de Mello decía en uno de sus textos: «¿Qué es lo que hace un Maestro?», preguntó un visitante de solemne aspecto. «Enseñar a la gente a reír», le respondió el Maestro con toda seriedad. Quizá los evangelios no enseñen a reír pero globalmente es un libro bien humorado, capaz de decir que merece la pena sacar el vino guardado hasta ahora para celebrar con Jesús la gran fiesta de la vida. ¿Quién nos lo podrá impedir?
Fidel Aizpurúa Donazar
19 de enero 2025