Es verdad que una foto vale más que mil palabras pero en esta se encierra el valor y el honor de estas enfermeras rendidas por el cansancio, con horas y horas de servicio y sin tener nadie que ocupe su lugar. Son madres, hijas, hermanas que no pueden regresar a su casa y que desatienden sus hijos por estar cuidando de la salud de cientos de enfermos en los hospitales. Cuando esta pandemia pase vamos a tener que colocarlas en cuadros de honor en todos los hospitales, para que pasen a la posteridad como heroínas en la lucha de vanguardia contra esta terrible enfermedad que cubre casi todo el mundo, claro está, no son solamente ellas, con ellas están también, médicos, auxiliares, el personal de oficina, los que limpian, en fin, un ejército de vanguardia que se está ganando, diariamente, la simpatía de un pueblo que tendrá que honrar por siempre a todo este personal.

Han sido miles de historias de estos seres increíbles que abandonándolo todo pasan los días al lado de sus enfermos y que en desgraciadas ocasiones no regresarán nunca a su casa porque mueren infectados por el virus y del hospital salen a ser enterrados, sin que la familia pueda verlos jamás. Al igual que los soldados que mueren en tierra extraña y que sus cuerpos no pueden ser recuperados, recibiendo solamente su familia una bandera en recordación de los méritos de ese guerrero.

Lo más triste de esto es que la guerra no ha terminado, no se sabe cuándo acabará, las probabilidades de más contagios y desafortunadamente más muertes es una realidad como lo ha vaticinado el Dr. Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud, que esperaba que en Estados Unidos se podría ver más de doscientos mil de casos diarios de covid-19 muy pronto, debido a la rápida propagación de la variante Delta ente las personas no vacunadas. “Me sorprendería si no superamos los doscientos mil casos por día en las próximas dos semanas”, afirmó. La última vez que Estados Unidos promedió más de doscientos mil casos fue en enero, cuando las vacunas contra el copvid-19 no estaban ampliamente disponibles.

Es muy lamentable que gran cantidad de personas rehúsen vacunarse; creo que es un acto de ir en contra de la seguridad de sus semejantes, porque el daño no es solamente para la persona que no se vacuna, sino a las personas que él puede contagiar, el personal que se necesita en los hospitales y el ser culpable de causar la muerte a un hermano. Estas personas alegan un sinnúmero de opciones de todo tipo, hasta políticas… Yo creo que debemos todos sin excepción de vacunarnos, para que con la cooperación mundial erradiquemos esta pandemia, que ya ha cobrado millones de muertos.

Víctor Martell