He gozado con 33 El Musical, que se representa desde enero en el IFEMA de Madrid, y que ha necesitado montar una gran carpa por las extraordinarias dimensiones de su escenario.

Es la historia de Jesús, pero no es una catequesis dramatizada, sino un espectáculo, un auténtico musical. Creo que realmente vale la pena verlo cuando se tenga ocasión en Madrid o en provincias.

Guarda un buen equilibro entre el mensaje, la música, la danza, y el montaje propios del musical; entre la época de Jesús y la actual; entre la crítica a una religión opresiva (tanto de los sacerdotes judíos como de la jerarquía cristiana) y el mensaje fraterno de compartir y amar.

Toño Casado, sacerdote, es el Autor, Compositor y Director de este musical, que ha decidido compartir con el gran público su propia experiencia de Jesús. “No hay nada como compartir la vida con los amigos”.

Las letras de las canciones responden a diversos pasajes importantes de la vida de Jesús con un lenguaje actualizado y adaptado para un público más bien juvenil.

Felipe García Quirós y Nacho Casado, los productores apostaron desde el principio “por una manera fresca de gestión y de relación con el equipo, que permitiera tener la mejor versión de todos los que formamos 33”.

La escenografía es sencilla y a la vez sorprendente. Todo es madera y cambios de iluminación. Destaca el escenario de la Última Cena conforme al cuadro de Leonardo da Vinci

Los actores han actuado en musicales como Reina del desierto, El Mago de Oz, LaBella y la bestia. Christian escudero representa a Jesús, Laura González a María, y María Vilumbrales a Magdalena.

La primera parte se abre con una pintoresca versión de Jerusalén y la presentación de Jesús, con mono de artesano actual, María con su máquina de coser, los demonios, los apóstoles y los sacerdotes del Templo. En este ambiente, presenta Jesús su mensaje de felicidad real y renovadora.

El segundo acto desarrolla la entrada en Jerusalén, la expulsión de los mercaderes, el debate con los sacerdotes, la Última Cena, la muerte en cruz (con una poética visualización), y la vuelta de un Jesús vivo que expande su amor y fraternidad.

Algunos cristianos han reprochado la frívola presentación de Jesús y su mensaje, pero el arzobispo de Madrid y creo que el mismo Papa Francisco la han recomendado. Personalmente puedo decir que he experimentado momentos de emoción; y he comprobado el entusiasmo de los espectadores que llenaban la sala.

Espero que la mayoría de los que asistan a este musical se sentirán contagiados por el gozo que proyecta esta representación del “mayor influencier” de la Historia.

Gonzalo Haya