EL
ORIGEN DE LA CRISIS FINANCIERA
Esta es
la entrevista con LEOPOLDO ABADÍA realizada en el
programa de Buenafuente. Resulta de una claridad meridiana
para entender el origen de la crisis financiera.
http://es.youtube.com/watch?v=lU-j2mIwOpE
Para una
mayor documentación sobre la teoría Ninja que ha hecho
famoso a Leopoldo Abadía, podría leerse el siguiente texto de su
blog personal.
http://leopoldoabadia.blogspot.com/search/label/%2B%20ANEXO%201%20Crisis%20NINJA
¿Qué es una crisis capitalista?
Veamos en
primer lugar lo que no es una crisis capitalista:
·
que haya
950 millones de hambrientos en todo el mundo
·
que haya
4 750 millones de pobres en todo el mundo
·
que haya
1 000 millones de desempleados en todo el mundo,
·
que más
del 50% de la población mundial activa esté subempleada o
trabaje en precario
·
que el
45% de la población mundial no tenga acceso directo a agua
potable
·
que 3 000
millones de personas carezcan de acceso a servicios
sanitarios mínimos
·
que 113
millones de niños no tengan acceso a educación y 875
millones de adultos sigan siendo analfabetos
·
que 12
millones de niños mueran todos los años a causa de
enfermedades curables
·
que 13
millones de personas mueran cada año en el mundo debido al
deterioro del medio ambiente y al cambio climático
·
que
16.306 especies estén en peligro de extinción, entre ellas
la cuarta parte de los mamíferos
Todo eso
no es una crisis capitalista. Porque todo eso ocurría antes
de la crisis. ¿Qué es, pues, una crisis capitalista? ¿Cuándo
empieza una crisis capitalista?
Ningún
otro sistema histórico ha producido más riqueza, pero ningún
otro sistema histórico ha producido más destrucción. Esta
doble tarea, la hace mejor que nadie. Consigue que haya cada
vez…
·
más
alimentos y cada vez más hambre,
·
más
medicinas y más enfermos,
·
más casas
vacías y más familias sin techo,
·
más
trabajo y más parados,
·
más
libros y más analfabetos,
·
más
derechos humanos y más crímenes contra la humanidad.
Las
viejas metáforas del liberalismo se han revelado todas
mendaces:
·
la “mano
invisible” que armonizaría los intereses privados y los
colectivos cuenta monedas en una cámara blindada,
·
el
“goteo” que irrigaría las capas más bajas del subsuelo
apenas si es capaz de llenar el cuenco de una mano,
·
el
“ascensor” que bajaría cada vez más de prisa a rescatar
gente de la planta baja se ha quedado con las puertas
abiertas en el piso más alto.
¿Por qué
tenemos que salvar eso? ¿Por qué tiene que preocuparnos la
crisis? ¿Por qué nos conviene encontrarle una solución?
Los que
tenemos algo podemos perderlo todo; nos conviene, por tanto,
volver cuanto antes a la normalidad anterior a la crisis, a
sus muertos en-otra-parte y a sus desgraciados
sin-ninguna-esperanza.
Si se
trata de salvar el capitalismo, por su enorme capacidad para
producir riqueza privada con recursos públicos, debemos
aceptar los sacrificios humanos, primero en otros países
lejos de nosotros, después quizá también en los barrios
vecinos, después incluso en la casa de enfrente, confiando
en que nuestra cuenta bancaria, nuestro puesto de trabajo,
nuestra televisión y nuestro ipod no entren en el sorteo de
la superior eficacia capitalista.
Un
sistema que, cuando no tiene problemas, excluye de una vida
digna a la mitad del planeta y que soluciona los que tiene
amenazando a la otra mitad, funciona, sin duda,
perfectamente, pero se parece más a un virus que a otra
cosa. Puede preocuparnos que el virus tenga problemas para
reproducirse o podemos pensar, más bien, que el virus es
precisamente nuestro problema.
El
problema es que esta crisis reveladora, potencialmente
aprovechable para la emancipación, alcanza a una población
sin conciencia y a una izquierda sin una alternativa
elaborada.
En un
mundo con muchas armas y pocas ideas, con mucho dolor y poca
organización, con mucho miedo y poco compromiso (el mundo
que ha producido el capitalismo), la barbarie se ofrece
mucho más verosímil que el socialismo.
Santiago Alba Rico
(extracto de un
artículo más extenso)